Confesión de Robert Berdella
Yo Robert Berdella mate 6 hombres con diferentes tipos de tortura nunca mi intención fue matarlos, mi verdadera intención era divertirme, disfrutar de cada una de mis fantasías y convertirme en el personaje principal de la película “The Colletor” que causo gran impresión en mí, No comprendo que desato en mi tales impulsos pero cuando con el amante con el que me encontraba no hacia lo que yo quería liberaba una seria de emociones y deseos sexuales que siempre mantuvieron mi posición de poder.
Al verlos muertos sentía una satisfacción que no cabía en mi por lo cual tenía que documentarla para hacer de esto un hecho histórico. Mis habilidades en la cocina fueron una ventaja al momento de deshacerme del cuerpo ya que lo descuartizaba, lo ponía en bolsas y sacaba a la basura como cualquier residuo cualquiera. Nunca desperté sospecha siempre mantuve mi perfil de buen vecino hasta que fui descubierto.
Quiero que para que todo quede claro, describir cómo sucedieron las muertes.
Mi primer víctima fue Jerry Howell un viejo conocido a quien decide castigar por que le había prestado dinero para pagar un abogado y ahora se negaba a reembolsarle algo de eso. El 4 de Julio de 1984 pase por él y ya en mi casa le suministre varios calmantes sin que Howell se diera cuenta. Una vez desmayado procedí a sodomizarlo sin parar y hasta empleé un pepino para continuar el ataque. Luego lo deje bien atado y me fui a mi trabajo. Al día siguiente continúe la tanda de torturas y humillaciones amen de inyectarlo con sustancias químicas con tal de mantenerlo sedado.
Aquello me tomó por sorpresa pues pienso que probablemente Howell se había ahogado con su vómito, proceso acelerado por las fuertes dosis de drogas a que lo había sometido. Luego le colgué por los pies del techo para drenarle la sangre, aprovechando que la postura del cadáver me resultaba sexualmente excitante. Finalizado el desangrado lo corte en pedazos con sus cuchillos de cocinero y emplee una sierra eléctrica para las partes difíciles. Empaque los restos en plásticos y papeles y los puse en la esquina de su casa para que el camión de limpia se los llevara.
El siguiente en caer fue Robert Sheldon, un viejo amante que había estado en mi casa muchas veces ya, pero el 10 de Abril de 1985 entraría por vez final para salir hecho pedacitos. Sheldon recibió el mismo tratamiento cruel que Howell aunque esta vez añadí mas torturas a su repertorio, por ejemplo esta vez inyecte líquido para destapar caños en el ojo con el fin de cegarlo y que así fuera un esclavo sexual más apto para mis fantasías. También le molí las manos a golpes hasta dejárselas inutilizadas. Pasaron cuatro días de este infierno para Sheldon hasta que un inesperado visitante me interrumpió. Para que no me fuera a delatar con algún ruido o movimiento fuerte, yo envolví su cabeza en una bolsa de plástico y murió asfixiado. Ocurrió la misma mecánica para la eliminación del cuerpo excepto que ahora decidí conservar la cabeza, que enterré en su patio.
Luego le tocó el turno a Mark Wallace, otro infortunado conocido a quien aparte de lo demás le tocaron una serie de descargas eléctricas que terminaron hasta eso, pronto con su sufrimiento. Esa nueva tortura estaba aún en fase experimental.
En el mes de Septiembre James Ferris me pidió que si podía darle alojamiento en mi casa. Ignorante de las sádicas manías de su huésped, Ferris pronto se vio en la antesala del infierno... para su buena suerte murió rápido debido a que lo drogue de manera equivocada. Hay que comentar que yo no tenía conocimientos médicos y usaba tranquilizantes y fármacos de uso veterinario en mis víctimas. Igual que los anteriores, los restos de Ferris fueron a dar al tiradero del condado.
Otro viejo conocido, Todd Stoops cayó prisionero en la casa del terror. Stoops ya había vivido algunos encuentros anteriores y de hecho había dicho a la policía que algunos hombres reportados como desaparecidos habían estado con el dueño del Bob's Bizarre Bazaar mi establecimiento y a pesar de sus sospechas no tuvo problema para entrar de nuevo en mi casa, a la postre un error que pagaría con la vida misma. Todd era un hombre atlético y fuerte mientras que yo soy panzón y falto de condición y quizá razonó que si llegara a darse una riña entre homosexuales, el saldría victorioso. Sin embargo una vez sometido le fue aplicada la peor tanda de sodomía. Yo le introduje por el recto su puño completo tras lo cual comenzó a sangrar profusamente. También le inyecte Drano por los ojos y las cuerdas vocales. Después de semanas con fiebre y severos tratos, la agonía murió los primeros días de Julio de 1986.
El último en perecer en mis manos fue el joven prostituto Larry Pearson a quien había conocido la primavera de 1987 y a quien introduje en su domicilio a mediados de Junio. Inicialmente Pearson se portó mucho más cooperativo que el resto de las víctimas así que no hubo necesidad de aplicar tanta "disciplina" en el. Pero después de 6 semanas de esclavitud sexual Pearson decidió que aquello era suficiente y decidió rebelarse. Tal afrenta pronto fue contestada con una severa golpiza que le causó la muerte. Yo conserve la cabeza de Pearson en el congelador.
Chris Bryson fue mi última víctima de tortura y tras un descuido mío fue mi denúnciate, quien le dio fin a esta cadena. No entiendo que lo motivo a durar tanto, de pronto fue su familia.
Yo me considero bueno a pesar de mis actos narrados anteriormente es por eso que he hecho un fondo para los familiares de la victimas con una suma inicial de 50.000 dólares. No merezco la pena de muerte.
Fallecido el el 8 de Octubre de 1992 de "causas naturales" aunque algunos sugieren que fue envenenado en prisión. Tas haber pasado 4 años.
Al verlos muertos sentía una satisfacción que no cabía en mi por lo cual tenía que documentarla para hacer de esto un hecho histórico. Mis habilidades en la cocina fueron una ventaja al momento de deshacerme del cuerpo ya que lo descuartizaba, lo ponía en bolsas y sacaba a la basura como cualquier residuo cualquiera. Nunca desperté sospecha siempre mantuve mi perfil de buen vecino hasta que fui descubierto.
Quiero que para que todo quede claro, describir cómo sucedieron las muertes.
Mi primer víctima fue Jerry Howell un viejo conocido a quien decide castigar por que le había prestado dinero para pagar un abogado y ahora se negaba a reembolsarle algo de eso. El 4 de Julio de 1984 pase por él y ya en mi casa le suministre varios calmantes sin que Howell se diera cuenta. Una vez desmayado procedí a sodomizarlo sin parar y hasta empleé un pepino para continuar el ataque. Luego lo deje bien atado y me fui a mi trabajo. Al día siguiente continúe la tanda de torturas y humillaciones amen de inyectarlo con sustancias químicas con tal de mantenerlo sedado.
Aquello me tomó por sorpresa pues pienso que probablemente Howell se había ahogado con su vómito, proceso acelerado por las fuertes dosis de drogas a que lo había sometido. Luego le colgué por los pies del techo para drenarle la sangre, aprovechando que la postura del cadáver me resultaba sexualmente excitante. Finalizado el desangrado lo corte en pedazos con sus cuchillos de cocinero y emplee una sierra eléctrica para las partes difíciles. Empaque los restos en plásticos y papeles y los puse en la esquina de su casa para que el camión de limpia se los llevara.
El siguiente en caer fue Robert Sheldon, un viejo amante que había estado en mi casa muchas veces ya, pero el 10 de Abril de 1985 entraría por vez final para salir hecho pedacitos. Sheldon recibió el mismo tratamiento cruel que Howell aunque esta vez añadí mas torturas a su repertorio, por ejemplo esta vez inyecte líquido para destapar caños en el ojo con el fin de cegarlo y que así fuera un esclavo sexual más apto para mis fantasías. También le molí las manos a golpes hasta dejárselas inutilizadas. Pasaron cuatro días de este infierno para Sheldon hasta que un inesperado visitante me interrumpió. Para que no me fuera a delatar con algún ruido o movimiento fuerte, yo envolví su cabeza en una bolsa de plástico y murió asfixiado. Ocurrió la misma mecánica para la eliminación del cuerpo excepto que ahora decidí conservar la cabeza, que enterré en su patio.
Luego le tocó el turno a Mark Wallace, otro infortunado conocido a quien aparte de lo demás le tocaron una serie de descargas eléctricas que terminaron hasta eso, pronto con su sufrimiento. Esa nueva tortura estaba aún en fase experimental.
En el mes de Septiembre James Ferris me pidió que si podía darle alojamiento en mi casa. Ignorante de las sádicas manías de su huésped, Ferris pronto se vio en la antesala del infierno... para su buena suerte murió rápido debido a que lo drogue de manera equivocada. Hay que comentar que yo no tenía conocimientos médicos y usaba tranquilizantes y fármacos de uso veterinario en mis víctimas. Igual que los anteriores, los restos de Ferris fueron a dar al tiradero del condado.
Otro viejo conocido, Todd Stoops cayó prisionero en la casa del terror. Stoops ya había vivido algunos encuentros anteriores y de hecho había dicho a la policía que algunos hombres reportados como desaparecidos habían estado con el dueño del Bob's Bizarre Bazaar mi establecimiento y a pesar de sus sospechas no tuvo problema para entrar de nuevo en mi casa, a la postre un error que pagaría con la vida misma. Todd era un hombre atlético y fuerte mientras que yo soy panzón y falto de condición y quizá razonó que si llegara a darse una riña entre homosexuales, el saldría victorioso. Sin embargo una vez sometido le fue aplicada la peor tanda de sodomía. Yo le introduje por el recto su puño completo tras lo cual comenzó a sangrar profusamente. También le inyecte Drano por los ojos y las cuerdas vocales. Después de semanas con fiebre y severos tratos, la agonía murió los primeros días de Julio de 1986.
El último en perecer en mis manos fue el joven prostituto Larry Pearson a quien había conocido la primavera de 1987 y a quien introduje en su domicilio a mediados de Junio. Inicialmente Pearson se portó mucho más cooperativo que el resto de las víctimas así que no hubo necesidad de aplicar tanta "disciplina" en el. Pero después de 6 semanas de esclavitud sexual Pearson decidió que aquello era suficiente y decidió rebelarse. Tal afrenta pronto fue contestada con una severa golpiza que le causó la muerte. Yo conserve la cabeza de Pearson en el congelador.
Chris Bryson fue mi última víctima de tortura y tras un descuido mío fue mi denúnciate, quien le dio fin a esta cadena. No entiendo que lo motivo a durar tanto, de pronto fue su familia.
Yo me considero bueno a pesar de mis actos narrados anteriormente es por eso que he hecho un fondo para los familiares de la victimas con una suma inicial de 50.000 dólares. No merezco la pena de muerte.
Fallecido el el 8 de Octubre de 1992 de "causas naturales" aunque algunos sugieren que fue envenenado en prisión. Tas haber pasado 4 años.